Los jóvenes se han visto afectados de manera desproporcionada por la crisis del COVID-19 y muchos se enfrentan por segunda vez a una gran crisis económica y laboral antes de comenzar sus carreras. Necesitamos repensar la forma en la que construimos sistemas de aprendizaje, especialmente en el área de la formación profesional y capacitación, que mejor preparen a los jóvenes para el mercado de trabajo, aprovechando al máximo las oportunidades y reduciendo las desigualdades.
